Mi Führer, una pregunta.

Usted dice que apoyar el sufrimiento del pueblo palestino no es ser antisemita y que usted está con la Humanidad y el Derecho Internacional. Sin embargo, también dijo en sede parlamentaria que Israel es un Estado genocida, y, al decir Estado, se lo llamó a todo el país. ¿Puede enseñarme la sentencia judicial que lo declara o es una aspiración personal suya? El efecto de sus palabras es un acoso diario a los judíos en la calle. Y eso delata sus intenciones. El efecto desnuda a la causa y el fruto no es distinto de la semilla. Un manzano, da manzanas; un pero, da peras; y un antijudío, genera antijudíos. Eso es lo que usted es, antijudío. Un antijudío que pretende que el 7 de Octubre no fue para tanto, o, en el mejor caso, que nos lo merecíamos. Un antijudío que pretende que una declaración de guerra semejante no solo quede impune, sino que además sea fuerza y motivo de apoyo, reconocimiento, cooperación y auxilio internacional. HAMAS, que, le recuerdo, es el Gobierno elegido por los gazatíes, tendría muy fácil poner fin a la guerra, le bastaría con soltar a los rehenes que llevan ya seiscientos días secuestrados. Si no lo hacen, es para generar en Europa y resto del mundo el caldo de cultivo, subido de temperatura y globalizado por la propaganda Internazional Socialista, que justifique aquello que, como recoge el estatuto de HAMAS, nos desean: el exterminio. Cada día, el antijudaísmo que usted y sus socios de banda promueven (por ejemplo, poniéndose la kufiya para pedir una mejor sanidad pública, ¡marchando una de churras y merinas!) nos obliga a soportar el ataque verbal de sus patrulleros.

La de esta mañana era una señora.

-Judío, véte de aquí - ha soltado al cruzarnos.

¿A dónde me voy, Führer?

En Israel sería considerado un colono sionista de los que hay que matar si o sí, un ocupador... Por cierto, los musulmanes que colman nuestras calles de España y a los que usted favorece y premia, ¿son colonos ocupadores o, en su caso, simplemente colaboracionistas de la entente antijudía? El caso es que en Israel sus amigos "palestinos" me querrían matar. Porque sabe que quieren matarnos, ¿verdad? que viven para eso, que en Gaza no podíamos entrar, lo sabe, ¿verdad? Y también sabe que, en cambio, miles de gazatíes trabajaban en Israel antes del 7 de Octúbre, y que sus informes fueron decisivos para perpretar la masacre. Pero entonces, Führer, ¿qué hago? Por un lado, sus perros de presa me muerden los talones en España todos los días y a ritmo creciente, exponencial a sus proclamas humanitarias. Y por otro, en Israel soy un sionista colonizador y me quieren matar. Dígame, Führer, ¿cuál es la solución final?