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LÁPIDA O PREMIO NOBEL

  • Foto del escritor: Jaim Royo
    Jaim Royo
  • 25 sept
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 sept

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    El buque Furor de la Armada Española se aproxima a una zona de conflicto bélico abierto entre dos bloques económico-políticos mundiales antagónicos. No es solo Israel lo que está en juego, el planeta lo está. La Asamblea General de las Naciones Unidas ha evidenciado la aseveración anterior, y, como afirma la famosa frase del imaginario colectivo: quien controla Jerusalén, controla el mundo.


    Pedro Sánchez traicionó a España, está traicionando a la OTAN, se ha entregado a China y a su embajador de honor, señor William Henry Gates III, alias Bill Gates, y aceptado las reivindicaciones del grupo terrorista HAMAS como suyas propias, a todo lo cual llama Humanidad y Derecho Internacional; pero Pedro Sánchez solo piensa en Pedro Sánchez y sabe que su suerte depende del resultado de esa guerra contra Israel cuya mecha él se esmera en encender. Lo digo bien claro, Pedro Sánchez será el vocero de una alianza militar bélica de intervención en Israel, por supuesto, con fines supuestamente excelsos y loables, que, por desgracia, demostrarán ser un panegírico de maldad sin límite, de una maldad que la Historia no ha conocido ni volverá a conocer.


    Si Israel fuera derrotado, Pedro Sánchez sería Premio Nobel de la Paz y las Universidades y Foros Internacionales se lo rifarían para escuchar sus ponencias; si vence Israel, acabará muerto.


    Nuestro antes Presidente está ahora al servicio de fuerzas extranjeras mucho más poderosas que él, acata órdenes, y esas órdenes, además, así le han dicho y explicado a la perfección, le convienen a sus pequeños asuntos domésticos, le convienen porque solo en una España convulsa puede mantener su Gobierno de zombies. Lo terrorífico es que la convulsión que está a punto de causar es mundial. Que la Armada Española tome parte en labores de defensa y salvaguarda de unos títeres irresponsables llenos de ego y odio jugando a Piratas del Caribe y catalogados por Israel como pro-terroristas es un asunto grave, muy grave, de consecuencias imprevisibles.


    El motivo de la masacre perpetrada por HAMAS el 7 de Octúbre de 2023 fue y es internacionalizar el conflicto. Aquellos que no dudaron en quemar a hijos delante de sus padres, cocer bebés en el microondas o sacar fetos del vientre de sus madres todavía vivas, ¿creen que dudarían en hundir al Furor para acusar a Israel de un ataque injustificado?

 
 
 

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